¿No tienes nada que dar? Piénsalo bien, pues algo tienes. Compartir genera una satisfacción personal que el dinero no da. Dar crea una alegría interna que nada externo puede provocar. Hay tanto que dar: una sonrisa, un consejo, ánimo al que lo necesita, apoyo real al inseguro, un sincero apretón de manos, amabilidad, una visita al enfermo o al preso, etc.
Seguro que hay muchas otras cosas que puedes dar, pero veamos dos de ellas. Podría ser tiempo y/o dinero. Comparte tu tiempo, en vez de gastar tanto tiempo en “social media” mejor físicamente comparte momentos gratos con tus amigos y tu familia. Cuando valores a tu familia o amigos te das cuenta que un simple texto no es suficiente, podrías invitarlos a una cena, un almuerzo, ver una película, platicar, etc.
¿Te falta tiempo? Lo dudo, pero podrías donar dinero a alguien necesitado. No recomiendo a gente en la calle, pero siempre hay alguien que necesita un poco de dinero. ¿No te sobra? Precisamente porque no compartes, ese es el problema. Millones de personas piensan así, ellos creen que los millonarios deberían dar. Sí, ellos pueden dar grandes cantidades de dinero, tú quizá no puedas hacer eso, pero algo puedes dar… ¿qué tal propina al mesero? Sí buscas encontrarás alguien que necesita algo, comparte lo que tengas.
Cuando aprecias lo que tienes, eres agradecido y compartes verás que la gente cambiará con migo, ellos también compartirán con migo lo que tienen. Si no comparten no debe importarte. Es así de simple.