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HISTORIAS DE BUDA PARA REFLEXIONAR.

INTRODUCCIÓN:

Aquí tienes tres historias de Buda sobre la devoción, la identidad y Dios. ¿Qué es la devoción? ¿Cuál es nuestra identidad? ¿Existe Dios? La devoción, en el Budismo, tiene importancia fundamental. Conocerse a sí mismo es vital, sin duda. ¿Dios? ¿Un Creador? A pesar de que en el Budismo no se hable de un Creador y de que el mismo príncipe Siddhartha no estuviera de acuerdo con las enseñanzas de los Brahmanes, nunca negó a Dios. Veamos y aprendamos de estas tres historias.

HISTORIAS DE BUDA: LA LÁMPARA DE LA ANCIANA.

Aquí tenemos una breve historia de Buda sobre la importancia de la devoción. Una anciana ofrece a Buda algo insignificante, pero la magia de la ofrenda está en darla con el corazón.

No hay nada más poderoso que una oración que sale de un corazón sincero.

Muchas personas, incluyendo nobles, iban a un monasterio llevando una lámpara que encendían como acto de devoción a Buda. Después de encender sus lámparas y ofrecerlas, pedían un deseo.

Una anciana, contemplaba aquello, se llenó de muchas ganas de ofrecer una lámpara a aquel ser también. Tenía una diminuta lámpara, pero no tenía aceite para encenderla, ni dinero para comprar.

Sin embargo, su anhelo de hacer la ofrenda era grande. Decidió ir a las calles para mendigar y lograr comprar aceite. Tristemente, en todo el día, consiguió solamente una moneda y nada más.

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Se fue a comprar aceite con esa moneda, pero el vendedor le dijo que esa moneda no le alcanzaba para nada. Ella le rogó que le diera aunque fuera un poquito porque era para encender su lamparita y ofrecerla a Buda. Aquello conmovió al vendedor y le dio un poco de aceite. La anciana llena de alegría se dirigió al monasterio.

Llego a aquel lugar, encendió la lamparita y con todo su corazón pidió disculpas por no tener una mejor lámpara que ofrecer. Las palabras de la viejecita fueron más o menos así:

EL CORAZÓN DE LA ANSIANA.

Lamento no poder ofrecer una mejor lámpara, esto es todo lo que puedo ofrecer. Suplico que un día la lámpara de la sabiduría me ilumine y así pueda liberar a todos los seres de sus tinieblas, los pueda purificar y guiar hacia la iluminación.

Aquellas sencillas, pero profundas palabras, salieron de su corazón, de su alma. Así que, a lo largo de la noche, todas las lámparas se fueron apagando, pero aquella que la anciana había encendido no se apagaba.

A la amañan siguiente llego un monje llamado Maudgalyayana, discípulo de Buda, quien notó que todas las lámparas se habían apagado, pero una seguía ardiendo. Le pareció extraño que aquella lámpara no se apagara, pero pensó que ya no era necesario que siguiera encendida, por eso intento apagarla de varias maneras, pero no lograba extinguir la llama de aquella ofrenda.

Buda, quien estaba observando al monje, se le acercó diciendo que una podría apagar esa llama, ni echándole toda el agua de los mares, ni toda el agua de los ríos y lagos.

El moje perplejo, por lo que el sabio decía, preguntó que porque no podría apagarla haciendo todo eso.

Buda explicó que esa lámpara había sido encendido con el poder de la devoción, con una mente serena y con pureza de corazón.

En ese momento la anciana llegó a ver si su lámpara se había apagado. Buda la bendijo y profetizó que ella se convertiría, en el futuro, en un Buda perfecto que llevará por nombre: “Luz de la Lámpara.”

MORALEJA DE ESTA HISTORIA DE BUDA:​

No dejes que tu corazón se muera, cultiva la devoción.

Lo importante no es lo que se da, sino la intención con que se da. Es decir, lo relevante no es la cantidad o el valor monetario, sino darlo con amor, con mente tranquila, sin dudas y con pureza de corazón.

En estos tiempos modernos, es muy triste ver como la devoción se ha perdido. Pocas personas han sobrevivido a este horrible materialismo y escepticismo que nos ahoga a todos.

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HISTORIAS DE BUDA: LA IDENTIDAD.

Se cuenta que cuando El Buda regresó a palacio fue recibido pro su padre, el rey, quien llorando le reclamo haberse ido. El gran sabio dijo que él no era la persona que vivía antes, que el rey no lo conocía. El monarca, ofendido, le reclama y le dice que siendo el su padre, como podría no saber quien era su hijo.

Buda le contestó, que aquel muchacho que había visto antes ya había muerto, que él ya nuera el mismo. Que ahora él, Buda, había descubierto su identidad, es decir, quien él era de verdad.

El rey, reclamándole, nuevamente, le pregunta si no habría podido hacer lo mismo sin irse de palacio. A lo que el iluminado respondió que habría sido muy difícil, pues dentro de palacio él estaba atrapó en el rol de ser príncipe y que eso no le permitía encontrar su propia identidad.

El rey se enojaba cada vez más, le reclamaba con ira. Al final, le dice que tome su rol de rey, pues él ya está viejo y no puede gobernar. Buda rechaza la oferta diciendo que no necesita ser rey, pues él ahora sabe quien es.

MORALEJA DE ESTA HISTORIA DE BUDA:

Si no sabes quien eres, ¿cómo puedes saber que quieres? No conocerse a sí mismo es como ir hacia un lugar sin saber donde se está. Para ser feliz, debes descubrir el tesoro más grande:

El tesoro más grande es conocerse a sí mismo.

HISTORIAS DE BUDA: LA EXISTENCIA DE DIOS.

Esta es una de las historias de Buda que está entre mis favoritas, es muy bonita e interesante. Resulta que un día el noble Buda caminaba en el bosque de una montaña cuando un hombre se acercó a él. Le pregunto al iluminado si Dios existía. Buda, mirándolo a los ojos, contestó: “No, Dios no existe.”

Por la tarde, del mismo día, otra persona se acercó al sabio para hacerle la misma pregunta. Buda fijo su mirada en los ojos de aquel hombre y dio la siguiente respuesta: “Sí, sí existe.”

Ananda, el discípulo favorito de Buda, se confundió debido a las dos respuestas. No comprendía como Buda podía dar respuestas opuestas a la miss pregunta. Sin embargo, Ananda nunca preguntaba en público en situaciones como esta. Siempre esperaba a la noche, cuando ambos estaban solos, para hacer alguna pregunta de lo oído.

Increíblemente, más tarde, ese mismo día, otro hombre se acercó al iluminado, al sabio. Le dijo que venía desde muy lejos con una incógnita. Le dijo que mucha gente decía que Dios existía, pero que otras personas lo negaban. Por eso no sabía que creer, por ello pregunto si dios existía o no.

Ananda se preparó para oír la respuesta que Buda daría, pues en un mismo día ya había dado dos respuestas opuestas. Ananda se preguntaba cual sería la respuesta ahora.

En esta ocasión Buda no dijo nada, simplemente se sentó a meditar. El hombre que había hecho la pregunta tomo asiento imitando lo que Buda hacía. Pensó que si hacía lo que Buda estaba haciendo encontraría la respuesta a su pregunta.

El hombre abrió sus ojos, después de más o menos una hora. Con alegría y agradecimiento tocó los pies de Buda. Agradeció al iluminado y agregó que siempre estaría agradecido por la respuesta. Se marchó muy feliz.

LA EXPLICACIÓN DE BUDA:

Ananda estaba estupefacto, no daba crédito a lo que veía y oía. Cuando el hombre se fue le dijo a Buda que no entendía nada, que su cabeza estaba a punto de explotar, que necesitaba con urgencia comprender todo aquello. ¿Cómo era posible que dos respuestas fueran opuestas y ahora, para colmo, no dijo nada y aquel hombre agradeció la respuesta?

Con mucha dulzura dijo Buda a su discípulo que no se preocupara por todo aquello, pues él no había hecho esas preguntas, por tal razón, esas respuestas no eran para él. Le dijo además que no debía preocuparse por los problemas de otros, que era mejor que solucionara sus propios problemas.

Lo que importa es aquello que tomas consciencia, no lo que crees.

El gran sabio le dijo al primer hombre, el cual era creyente, que Dio son existía, para hacerlo reflexionar y que él mismo encontrara la respuesta. Luego el segundo hombre, era escéptico, así que le dijo que Dios sí existía para que fuera a reflexionar y encontrara por sí mismo la respuesta. Por lo tanto, lo que Buda hizo fue mandar a ambos a averiguarlo por sí mismos.

En cambio, el tercer hombre, ni creía, ni era escéptico. Ese hombre simplemente quería saber la verdad, por esa razón venía con mente abierta y sin pro-condiciones en su mente. Por esa razón, Buda lo invito a meditar y a través de la meditación encontró la verdad. Dentro de sí mismo encontró la respuesta, sin necesidad de que alguien le explicara.

MORALEJA DE ESTA HISTORIA DE BUDA:

La sabiduría está adentro, no afuera.

No hagas de dios, ni de nada divino, una simple creencia. Mejor busca la verdad y sé libre de toda creencia en pro o en contra. Para eso necesitas la meditación.

La meditación no es simplemente relajarse y vivir el presente, eso es para principiantes. Alguien con más experiencia y capacidad puede ahondar dentro de sí mismos y encontrar las respuestas a todas las preguntas. No olvides que si buscas sabiduría, más allá de la mente y las creencias, debes aprender a meditar profundamente.

Espero que estas tres historias de Buda te hayan servido para reflexionar y aprender.

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